Las
Vacunas
La vacunación consiste en la administración de un microorganismo,
una parte de él, o un producto derivado del mismo (antígenos inmunizantes), con
el objeto de producir una respuesta inmunológica similar a la de la infección
natural, pero sin peligro para el vacunado.
Se basa en la respuesta del sistema inmunitario a cualquier
elemento extraño (antígeno) y en la memoria inmunológica.
Las vacunas en general, pueden ser administradas en forma
simultánea, ya que no producen efectos distintos a los que se presentan si son
aplicadas en forma separada.
En algunos casos, la respuesta inmunitaria se ve potenciada en la
aplicación simultánea de vacunas.
Existen algunas contraindicaciones específicas, como por ejemplo
las vacunas contra el cólera y la fiebre amarilla, entre ellas y con la Sabin ; que no deben ser
aplicadas en forma conjunta.
La tendencia actual y los esfuerzos de los investigadores apuntan
a la vacuna ideal, que contenga la mayor cantidad de inmunizantes posibles, en
una sola aplicación.
A microorganismos vivos
atenuados
Son preparaciones inmunógenas de virus o bacterias vivos, que
alterados de tal manera que no resultan agresivos como para provocar la enfermedad
pero sí una respuesta inmune importante. Ejemplos de ellas son las vacunas
contra la polio (oral), fiebre amarilla, sarampión, rubéola, parotiditis y
tuberculosis (BCG).
A microorganismos enteros inactivados
Suspensiones de bacterias o virus muertos mediante la acción de
desinfectantes como el fenol o formaldehído. Como obviamente estos
microorganismos muertos no se reproducen, se necesitan varias dosis
(generalmente de alta concentración) en diferentes períodos de tiempo, para
inducir la inmunidad.
Ejemplos de vacunas muertas son la antipolio inyectable, rabia,
gripe y la tos convulsa.
Proteínicas purificadas
Preparaciones obtenidas a partir de toxinas inactivadas de
bacterias productoras.
Las vacunas a toxoides más conocidas son las que previenen la difteria y el tétanos.
La vacunación con estos inmunizantes a gran escala no comenzó hasta en 1924 se encontró una forma segura y reproducible de inactivación de las toxinas y los microorganismos patógenos, mediante su tratamiento con formaldehído; y después de conseguir su atenuación mediante pasos sucesivos en medios de cultivo in vitro.
Las vacunas a toxoides más conocidas son las que previenen la difteria y el tétanos.
La vacunación con estos inmunizantes a gran escala no comenzó hasta en 1924 se encontró una forma segura y reproducible de inactivación de las toxinas y los microorganismos patógenos, mediante su tratamiento con formaldehído; y después de conseguir su atenuación mediante pasos sucesivos en medios de cultivo in vitro.
Conjugadas (Proteínas + Polisacáridos)
A diferencia de las vacunas polisacáridas o capsulares, las
conjugadas incluyen una proteína transportadora. La unión entre polisacárido y
proteína transforma la respuesta inmune activando las células T, para que los
linfocitos B ataquen a la bacteria. Este mecanismo de acción es idóneo para
proteger a los organismos cuyo sistema inmunológico no ha madurado totalmente,
como el caso de los neonatos, o para los inmunocomprometidos.
Recombinantes (Ingeniería Genética)
En los últimos años la tecnología del ADN recombinante, ha
permitido una nueva generación de vacunas. Éstas están comenzando a
desarrollarse a partir de la ingeniería genética y su primer exponente fue la
vacuna antihepatitis B. El descubrimiento y decodificación de los genomas de
bacterias y virus, ha abierto una enorme esperanza y un formidable capítulo. Se
podrán eliminar los genes virulentos de un agente infeccioso pero manteniendo
la habilidad de estimular una respuesta inmune. En este caso, el organismo
modificado genéticamente, puede usarse como una vacuna viva. También, para
aquellos agentes infecciosos que no se puedan cultivar, se pueden aislar,
clonar y expresar sus genes en un huésped alternativo como Escherichia coli,
Saccharomyces cerevisiae u otras células: así se conforman las vacunas de
subunidades (utilizan solamente fragmentos antigénicos adecuados para estimular
una respuesta inmunitaria potente). Así, los genes de estas subunidades pueden
ser ingresados en el genoma de una bacteria o levadura mediante técnicas de
ingeniería genética; luego la bacteria o levadura produce estas subunidades en
cantidad y se purifican para utilizarlas como vacunas
3.6 Las Vacunas su composición y sus indicaciones
La
inmunidad puede adquirirse por la aplicación de vacunas preparadas de bacterias
o sus productos. Las vacunas bacterianas se componen de polisacaridos
capsulares; exototoxinas- proteinas
inactivadas; bacterias lisadas o bacterias vivas atenuadas.
Las vacunas
bacterianas y sus indicaciones son las siguientes:
- La vacuna de Streptococcus pneumoniae contiene
los polisacaridos capsulares de 23 tipo. Se recomienda para personas
mayores de 60 años y para pacientes de cualquier edad con enfermedades
crónicas como diabetes y cirrosis o con función esplénicas deficientes o
esplectomegalia.
- La vacuna de Neisseria meningitidis contiene
polisacaridos capsulares de cuatro tipo importantes. Y se administra
cuando hay riesgo alto de meningitis, por ejemplo: Durante un brote cuando
los reclutas comienzan su adiestramiento.
- La vacuna de Haeemophilus influenzae contiene
polisacaridos tipo By se abministran a niños de dos años de edad para
prevenir meningitis.
4.
La vacuna de Corynebaterium difteriae contiene
toxoide. la inmunización contra difteria esta indicada en todo los niños y se
abministra en tres dosis a 2, 4 y 6
meses de edad. Los refuerzos se administran un año después y a intervalos más
adelante.
5.
La vacuna de
Clostridium tetani contiene toxoide tetanico y se administra a todos los
lactantes y mas adelante como refuerzo para proteger contra tétanos.
6.
La vacuna de Bordetella pertussis contiene microorganismo murtos y esta indicada en
todos los niños como protección contra tos ferina.Por lo general, se administra
combinada con los toxoides diftericos y tetanicos.
7.
La vacuna de
Bacillus del ántrax.contiene proteínas parcialmente purificadas y se
administran a personas cuya ocupación los coloca en riegos de contraer ántrax.
8.
La vacuna de
Salmonella tiphi contiene bacterias muertas y esta indicada para personas que
habitan en áreas con alto riesgo de fiebre tifoidea y para las que están en contacto con pacientes infectados o con
portadores.
9.
La vacuna de
Vibrio cholerae contiene microorganismo muerto y se administra a personas que
viajan a países donde el cólera es endémico.
10. La vacuna de Yersinia pestis contiene
bacterias muertas y esta indicada para personas con riesgo alto de adquirir
peste.
11. La vacuna contra tuberculosis contiene una
cepa viva atenuada de Mycobacterium tuberculosis llamada BCG y se recomienda
para niños con alto riesgo de exposición
a tuberculosis activa en algunos países.